Artemio Rodríguez Miembro de la Asociación Argentina e Internacional de Críticos de Arte
LA EXPERIENCIA ESTÉTICA Y LAS RECIENTES SIGNIFICACIONES.
Si advertimos que un artista fractura la rigidez de la tradición en su constante adherencia al proceso del arte, nos predispones a recibir con complacencia una “nueva realidad”. Ya desde Guillaume Apollinaire, con su obsesión por lo “raro” y Walter Benjamín, con su “manera surrealista de pensar”, se nos previno que lo real o lo cierto, no sin rareza, son de contenido inestable y susceptible aceptándose así que están en condiciones de revelar otra verdad u otra existencia que por igual, pueden expresar contextos expresivos. Admitimos que Sol Halabi es solidaria a la anterior reflexión, pues no se empeña en dar la versión que con vacilación dictan los sentidos, sino que prefiere mostrar el resultado de su capacidad de conocer, tanto como de elegir y comunicar con criterio personal, actitud que la instala lejos de quienes insisten en soluciones gestadas y, a menudo, carentes de nuevas significaciones. Los secretos de la contemplación estética, que en todos los casos se da “desinteresadamente” (Kant), admiten ser descubiertos, a condición de que se observen con esmero las señales que corren por orden de la técnica u oficio adaptado a la obra, aunque es más urgente y básico centrar, con cuidado de ceremonia, los caracteres mágicos, creadores que templan la labor, arte. Sírvenos de referencia el resultado definitivo que la pintora alcanza con materiales fuera de convención: citemos el uso del alquitrán, substancia obscura de presencia sobresaliente cuando se lo convoca a compartir espacios con manchas de cualquier color, y que al ser ingrediente cáustico, frena los excesos de luz.En los trabajos exhibidos, materia neutra y tintas que relucen, concretan una unidad acertada. La experiencia estética de la autora, a pesar de la corta trayectoria profesional, es manifiesta. Si la lectura de la producción examinada es cumplida con diligencia, se notará que los elementos plásticos han sido concluidos conforme a la metodología del movimiento abstracto. Sin embargo, en aquellos óleos que muestran rostros femeninos, el sistema de realización es otro: están descriptas las facciones con lealtad y acompañadas con cierta gracia aunque, a designio, con limitada pulcritud. Al reconocer Sol Halabi que las técnicas pictóricas solo son dispares y no opuestas, es que elige con destreza adoptar sus propias reglas o principios, sin preterir a la pragmática que protege el buen trato entre los signos.
En sus definiciones plásticas ha moderado, en suma, la templanza y la osadía, calidades imprescindibles al explorar las realidades distintas, graciosas o crueles, de nuestra temporaneidad.